El signo distintivo de los grandes personajes es precisamente su humildad, su cercanía, aunque alguno que otro individuo que merece la pena salga soberbio o engolado, pero como decimos los murcianos: En todos los ganados sale una cabra coja.
Pues la cercanía, la humildad y la sencillez eran los signos distintivos de Celestino el de los Piensos, hombre de aspecto grave y formal, al que siempre veía atendiendo a sus clientes o a la puerta de su establecimiento de amena charla con diferentes personas, lo que nos hace ver su afabilidad y cercanía a la par que su capacidad de dialogo.
No tuve la suerte de conocerlo aunque cada día al pasar en mi caminar por la Rambla tenía el saludo fácil y educado, lo que me impulsó a conocerlo lamentablemente cuando ya era tarde, pero a través de las personas que lo han conocido he podido hacerme una idea clara de su importante personalidad.
Celestino Cánovas López era este señor que tenía su tienda de piensos y que se nos marchó a la eterna paz en 2019, dejando una familia afable y que mantiene el santo y seña paterno: la muy exquisita educación.
Se inició en el mundo laboral en el negocio de compraventa de almendras de su tío Damián López, trabajo que le llevó por toda Andalucía comprando el producto y, como hombre de gran curiosidad se fijaba en el cultivo del almendro que en Totana no era todavía muy apreciada. Por ello, al decaer el cultivo de la alfalfa, recomendaba a sus amigos agricultores que dedicaran su atención a este tipo de árbol que rentabilizaría sus tierras de secano, si bien ahora al cambiar el régimen de lluvias sigue siendo rentable pero por lo general en regadío.
Con un dinero que tenía ahorrado y la ayuda de su tío Damián se independizó poniendo el año 1960 en la Rambla, junto a la fragua, su tienda de piensos porque era un tema que le interesaba. Naturalmente estudió las propiedades de todos ellos con el fin de ayudar mejor a sus compradores, razón por la cual era frecuente ver a los ganaderos, agricultores y criadores de pájaros conversando con él sobre las bondades de los mismos y recomendando los idóneos en cada fase del año.
Con el fin de atender mejor a sus clientes, especialmente a las granjas, adquirió una furgoneta en la que repartía los pedidos a los demandantes aprovechando para charlar con ellos sobre las novedades de algunas marcas o tipos de piensos.
Celestino era además un ferviente de la Semana Santa, especialmente de su Hermandad de Nuestro Padre Jesús, a cuya Junta de Gobierno perteneció en diferentes ocasiones y puestos, demostrando siempre su bonhomía, amor a la Semana Santa y compromiso serio con su Hermandad, ya que la seriedad en todos sus actos fue su signo distintivo.
Insisto en el principio del artículo, la importancia de una persona no es su clase social ni su importante actividad profesional, es precisamente su humildad, que es la que los hace grandes e importantes como es el caso de Celestino el de los Piensos.